Las fragancias tienen un origen fascinante que se remontan a las antiguas civilizaciones, donde se utilizaban en rituales religiosos y ceremoniales para conectar con lo divino y marcar estatus social. E la Edad Media, la destilación de aceites esenciales permitió su uso más extendido, y durante el Renacimiento italiano y la corte francesa del siglo XVII, la perfumería se convirtió en un arte refinado ligado a la sofisticación y el lujo. Hoy en día, las fragancias continúan evocando historia y tradición, siendo símbolos poderosos de identidad personal, estilo de vida y expresión artística.